Pesca y salud: Datos de la encuesta de la FESNAD con motivo del Día Nacional de la Nutrición

El pescado y otros productos del mar son fuente de nutrientes indispensables, como por ejemplo los ácidos grasos omega 3, con efectos beneficiosos para la salud. Ricos en proteína de alto valor biológico y, en general, más digestibles que otros alimentos son utilizados por nuestro organismo de manera más eficiente. Su consumo se relaciona con un efecto protector de enfermedades relacionadas con el envejecimiento, la salud cardiovascular, el control de peso y en el desarrollo cognitivo en la infancia. 

 La Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), ha elegido el pescado y los productos del mar como eje principal del Día Nacional de la Nutrición (DNN) -que se celebra cada 28 de mayo - y cuyo lema, este año fue “PESCA SALUD”. Su objetivo es ofrecer información sobre los valores nutricionales de estos alimentos y sus beneficios en una dieta saludable, siempre basado en evidencias científicas, y compartir algunos consejos sobre sostenibilidad en su consumo para garantizar su disponibilidad para generaciones futuras. 

 El presidente de la FESNAD y Catedrático de Nutrición y Bromatología, Facultad de Farmacia, Universidad CEU-San Pablo, el Prof. Gregorio Varela-Moreiras comentó: “La FESNAD, consciente de que los hábitos de alimentación de la población española están cambiando, ha querido realizar la encuesta hábitos de consumo del pescado y otros productos del mar  con el fin de conocer si el pescado y otros productos del mar se consumen de acuerdo a los parámetros recomendados y cuales son los patrones de consumo en relación a frecuencia de consumo, forma de preparación, lugar de compra y especies más consumidas, entre otros”.  

Según los resultados de la encuesta realizada en torno al consumo de pescado y los productos de mar, con una muestra de casi 1.500 personas y realizada durante los meses de abril y mayo del presente año, al 93% de los gallegos encuestados les gusta el pescado y los productos del mar aunque tan sólo el 22% incluye este tipo de alimentos habitualmente en su dieta, con un consumo de 3 o 4 veces por semana o más. Y el motivo de que no se consuman estas raciones, según los resultados de la encuesta, son el precio (42%), la molestia de las espinas (14%), no saber cómo cocinarlo (130%), el olor (12%), o la preocupación por el anisakis (7%). 

 

El lugar de compra habitual del pescado y otros productos del mar es el supermercado e hipermercado 81%), seguido de las pescaderías (54%) y los mercados (41%).  El 88% de los encuestados compra el pescado fresco, frente un 33% que lo compra congelado y un 49% que lo adquiere en conserva. Asimismo, el 29% de los encuestados congela siempre el pescado fresco antes de su consumo, el 24% sólo si lo va a consumir crudo y un 47% no lo congela nunca. La frescura de las piezas y el precio son sin duda los dos factores de decisión de compra, con un 71% respectivamente, seguido de su procedencia (48%) y si es de acuicultura o salvaje (24%). 

 

Por otra parte, desde que comenzó la pandemia, el 15% de los encuestados ha incluido más pescado y productos del mar en sus hábitos alimentarios, por dos motivos principalmente: llevar una dieta saludable rica en alimentos con alto aporte de nutrientes, según el 87% de las respuestas, y por sus propiedades antioxidantes o antiinflamatorias, entre otras, según el 26% de los encuestados. Con una percepción beneficiosa para la salud, para el 80% de los encuestados ayuda a los sistemas cardiovascular y nervioso, para el 72% ayuda al desarrollo cerebral y cognitivo y, por su alto contenido en proteínas, para el 46% nutre los músculos y para el 45% contribuye al crecimiento. Asimismo, para el 93% de los encuestados el pescado y productos son ricos en ácidos grasos omega-3, alto en proteínas (83%), en minerales (73%) y vitaminas (56%).  

 

Si bien su consumo no afecta a que sea en la comida o en la cena y tampoco en la época del año, el pescado azul, como el salmón, atún, sardina o caballa, es el más consumido, con un 80%, seguido del pescado blanco o magro, como la merluza, el bacalao o lubina, con un 75%, y los cefalópodos como calamar, pulpo, sepia o chipirones, con un 52%. En cuanto al lugar más habitual de su preparación y consumo es en casa, con un 97%, y se suele preparar a la plancha (84%) y al horno (77%) y en menor medida al vapor (40%), en guiso (36%) y en fritura (26%). El 53% de los encuestados piensa que la preparación del pescado/productos del mar es más complicada que con otros alimentos: al 19% le incomoda el olor, al 17% le resulta más “engorroso” y al 13% le supone más tiempo de preparación 

El pescado y los productos del mar, de alto valor biológico, asociados con la buena salud 

La Profª. Rosaura Leis, vicepresidenta de FESNAD, Presidenta del comité científico de la Fundación Dieta Atlántica, Presidenta de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), Profesora Titular de Pediatría de la Universidad de Santiago de Compostela, coordinadora del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría y coordinadora de la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago-IDIS  comenta:  “Los pescados y mariscos son alimento básico en  los patrones dietéticos asociados con la buena salud ya que están compuestos de proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos poliinsaturados omega-3 de cadena larga (AGPICL n-3), eicosapentaenoico (EPA), docosahexaenoico (DHA), vitaminas (grupo B y vitaminas A y D) y minerales (yodo, selenio, zinc, calcio, fósforo, hierro, cobre). Además, su consumo se asocia a la disminución de riesgo de enfermedades cardiovasculares, el deterioro cognitivo, la artritis reumatoide, previene ciertos tipos de cáncer y ayuda a mejorar el control de peso y el desarrollo cognitivo en la infancia y el consumo de pescado durante el embarazo se ha asociado con mejores resultados en el desarrollo neurológico de los niños” 

Así, para la población general se recomienda el consumo de 3-4 raciones de pescado/marisco por semana, procurando variar entre pescados blancos y azules. En mujeres embarazadas, planificando estarlo o en lactancia y en niños de 0 a 10 años, también se recomiendan 3-4 raciones por semana, pero evitando el consumo de especies con alto contenido en metil mercurio como el pez espada/emperador, tiburón, atún rojo o lucio, mientras que en niños de 10 a 14 años el consumo de estas especies ha de restringirse a 120g/mes y manteniéndose la recomendación de 3-4 raciones/semana para las especies de bajo y medio contenido. 

Tomar o no pescado y productos del mar se convierte en una decisión importante para nuestra salud en las diferentes etapas de la vida. Como consumidores podemos contribuir a la sostenibilidad con hábitos de compra y consumo responsables, como adquirir en lo posible productos de temporada y de proximidad, informarnos del origen y tipo de producción a través de las etiquetas en los productos de pescadería, o a través de certificaciones de sostenibilidad de los productos que adquirimos. Debemos también disminuir el desperdicio de alimentos. 

La gran variedad de especies de pescado y mariscos, tipos de producción y procesado ofrece la posibilidad de innumerables preparaciones culinarias nutritivas, tanto de platos de nuestra gastronomía como de otras latitudes con especies que, como los pescados azules de pequeño tamaño pueden, además, tener precios asequibles. 

Para recordar a la sociedad la importancia del consumo del pescado y productos del mar la FESNAD los ha resumido en diez puntos a modo de decálogo: 

Tomar o no pescado y productos del mar se convierte en una decisión importante para nuestra salud en las diferentes etapas de la vida.  

Los productos del mar ofrecen la posibilidad de innumerables preparaciones culinarias nutritivas, ya que estos alimentos llegan al consumidor con un amplio rango de valores nutricionales y características sensoriales. 

El consumo de pescado y mariscos es parte de nuestra tradición cultural y pueden, además, tener precios asequibles.  

Son fuente de proteínas de alto valor biológico, y en general, más digestibles que las correspondientes de origen cárnico, de tal forma que nuestro organismo las puede utilizar de manera más eficiente.  

Aportan ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) de cadena larga (en especial, omega 3), como los ácidos eicosapentaenoicos (EPA) y docosahexaenoico (DHA), que se encuentran en cantidades importantes en pescados grasos (atún, jurel, salmón, sardina, caballa, etc.). En cuanto a minerales y oligoelementos, el pescado es una valiosa fuente de yodo, selenio, zinc, calcio, fósforo, hierro y cobre.  

El pescado ayuda a reducir el riesgo de mortalidad por enfermedad coronaria en la población adulta. También son numerosos los beneficios de su consumo durante el embarazo asociado a un menor riesgo de parto prematuro y mejor desarrollo de los recién nacidos, aunque evitando durante este periodo la ingesta de especies con mayor contenido en metil mercurio (pez espada/emperador, tiburón, atún rojo o lucio) o en cadmio (cabezas de crustáceos) 

Se recomienda para la población general el consumo de 3-4 raciones de pescado/marisco por semana, procurando variar entre pescados blancos y azules.  

La evidencia científica pone de manifiesto que los beneficios de comer pescado superan con mucho los posibles riesgos asociados a su consumo.  

La producción de origen marino puede ser ventajosa en el contexto de la sostenibilidad, ya que las emisiones de efecto invernadero son para algunas especies y tipos de producción comparativamente más bajas que las que tienen lugar en la producción de animales terrestres para consumo humano