Mª Ángeles Romero, Catedrática en de Tecnología de Alimentos y Directiva del Clusaga


Cerramos este especial en clave 8M con Mª Ángeles Romero Rodríguez, Dra. en Farmacia y Catedrática de Universidad del Área de Tecnología de Alimentos en la Universidad de Santiago de Compostela.   Imparte clases en diferentes materias (Análisis Sensorial y Estudios de Consumidores; Tecnología Culinaria y Alimentaria, Ciencia y Tecnología de la Carne y el Pescado, etc.) en Titulaciones de Grado y Master y Coordinadora del Practicum en el Grado de Nutrición Humana y Dietética. 

Además, ha dirigido y participado en diferentes proyectos de investigación internacionales, nacionales y autonómicos y ha dirigido numerosos contratos y convenios con empresas y entidades y forma parte de la Junta Directiva del clúster Alimentario de Galicia, una mujer referente por méritos y de mérito.

Vengo de una familia de muchas mujeres, mi madre era hermanan de otras 11 mujeres, fíjate si gobernaban en casa, mi madre desde siempre fue trabajadora, tenía su negocio propio, una mujer incansable dentro y fuera de casa. Recuerdo a mi padre limpiando igual que ella, recuerdo que cuando ella se casó con mi padre cuando iban a misa estaban los bancos de hombres y los bancos de mujeres, y cuando se casó dijo que ella se ponía con su marido, que para eso estaba casada, que no se separaba. Siempre nos decía a mi hermana y a mí: Tenéis que estudiar para tener vuestra propia independencia, y siempre usaba la palabra independencia. Y no nos dejaba hacer nada en casa, teníamos que estudiar para ser independientes en la vida.

Quería hacer medicina, pero por la media (tuve muy mala suerte en la selectividad, un mal día) la titulación más parecida era Farmacia, o Biología. La idea era matricularme para pasar después a Medicina, pero ese año cambiaron las normas del juego y con un año aprobado de Biología no puede pasar a Medicina. Y me cambié a Farmacia, una de las materias que más me gustó fue la del análisis de los alimentos, tenía buen expediente, y en quinto muchos compañeros iban a presentar la tesina y me dije: yo también.   

Me quedé en el departamento, hice la tesis, me gustaba la investigación, conseguí la plaza en Lugo y aquí me quedé. Nunca he tenido problemas por competir frente a los hombres porque en la universidad los méritos son números. No digo que no los haya, pero yo no los he sufrido. La carrera universitaria es larga, pasas por diferentes figuras de contratos hasta que ganas una oposición, la primera la de titular, después al cabo de equis años la cátedra. En la oposición no tuve contrincante, no se presentó nadie más que yo.

Una de mis líneas prioritarias de investigación es el análisis sensorial, en Galicia mi grupo fue pionero en utilizar estas técnicas con paneles de catadores y de consumidores en todo tipo de alimentos.

Tiene que haber más concienciación, en puestos de mayor relevancia damos un paso hacia atrás

Quiero creer que cada vez más estudiantes, y que nosotras mismas estamos concienciadas, pero tiene que haber más concienciación por nuestra parte y por la parte del hombre. Estamos dando pequeños pasitos, pero va muy lento y en las nuevas generaciones hay problemas importantes de machismo, en base a lo que trasmiten tanto los alumnos de los que me rodeo como por mis propios hijos que son universitarios. 

En mi ámbito laboral que es la universidad se tenía que suponer que la igualdad de género. Partir de la base de que estamos igual de capacitados los hombres que las mujeres, pero si nos fijamos un poco a medida que se va avanzando en lo que es la escala científica, a medida que vamos subiendo como escalones en la toma de decisiones, en puestos de mayor relevancia ahí damos un paso hacia atrás. Nos cuesta ascender. De hecho, casos como mujeres catedráticas, yo soy Catedrática, suponemos solo el 25% aproximadamente. Y lo digo, de un lado con un orgullo, pero por otro lado es que fui la primera mujer catedrática de la Área de Tecnología de los alimentos en toda Galicia, y esto ocurrió hace penas 10 años, y fui la única mujer Catedrática de mi facultad, en Ciencias, hasta el año pasado.

¿Entonces que está pasando? Una de las explicaciones que se puede dar es que ya no es solo en mi ámbito, si no en todos los ámbitos que nos ven y nos vemos a nosotras mismas como los pilares de la familia. Es decir, si tenemos que ascender en los puestos de trabajo, condicionamos el hecho de que se va a hundir nuestro mundo familiar, somos las responsables de los cuidaos familiares, por arriba y por abajo, hijos y mayores y además lo que es la parte doméstica. Parece que si nosotras no estamos en casa que se van a hundir los cimientos del edificio. Realmente tenemos que darnos cuenta de que todos somos personas, que si tenemos hijos es una responsabilidad compartida de dos personas, que si hay que comer y cocinar todos los días, hay que organizarse para poder hacer eso, e ir a la compra, planchar, limpiar, todas esas actividades tienen que ser compartidas. Y eso va por mi ámbito y por todos.

Espero que los jóvenes, que aún no se han casado, que antes de dar ese paso, tengan esto en cuenta, tanto ellos como ellas. Vuelvo a decir que esto es un problema educacional, desde que nacen tiene que conocer que hay referentes.

En relación a la paridad en las clases, atendiendo a la titulación cambia, en Nutrición la mayoría son mujeres, en veterinaria 50/50 y en la politécnica son todo chicos. En las ingenierías hay que seguir captando vocaciones, pero desde abajo, desde el colegio, Estamos tan capacitados los hombres como las mujeres a pensar lo que queramos, pero a veces vienen ya con condicionantes: pero como vas a hacer esto, si es una titulación de chicos?  O no llores, que pareces una nena.  Son machismos que siguen existiendo y que se están mamando desde la infancia, y hay que romper con todo eso.

Predico con el ejemplo en la alimentación saludable y el en la igualdad

Concienciada con este tema, presido la comisión de Igualdad de mi facultad, e intento, y al menos en días clave como el 8M, 0 11 febrero, día de la niña en la ciencia. O el 25 de noviembre actos que se vean que está hecho desde la comisión de igualdad, y al tiempo que sepan que esa comisión está ahí para que manifiesten cualquier tema que vean.

También formo parte de Executivas de Galicia, porque concuerdo totalmente con lo que defienden, que es dar visibilidad, en una palabra, a todo lo que es el papel de la mujer, con iniciativas que me parecen fantásticas como “Referentes de Galicia”. Yo soy una de ellas, y cuando me lo piden voy a las aulas del centro, instituto que sea para que me conozcan y vean que una mujer puede llegara donde se lo proponga. Y que si nos van poniendo pataditas por el camino hay que poner el codazo y decir aquí estoy yo.

También me he metido en la asociación La ciencia es femenino, por lo que decía, se considera que la Universidad tiene que haber una igualdad de género total, pero al final cuantas veces aparece el nombre de un señor, de un equipo de investigación y aparecen sus ayudantes, sus investigadoras, cuando realmente -y pasa en muchos casos- es una mujer la que está dirigiendo o bien ese equipo de investigación, o bien la línea de investigación concreta… entonces, realmente esta iniciativa es para dar visibilidad a las mujeres científicas de todos los ámbitos, no solo las ciencias si no también en el ámbito social.  En febrero, hubo una iniciativa muy bonita en la que nos pusieron en contacto a científicas con colegios e institutos. A mí me toco el colegio de Probra de Trives en Ourense y en colegio en Lugo. Elegí dentro de la alimentación saludable un tema que fuese sugerente, y fue muy gratificante.

Siempre que me llaman voy, es como con mis hijos, predico con el ejemplo, en la alimentación saludable y el en la igualdad. Soy una privilegiada porque tengo liberta de opinión y lo puedo ejercer en cualquier ámbito en el que me mueva, ya sea en el científico, familiar, relaciones sociales, no me siento menoscabada por el hecho de ser mujer. Sé soy afortunada y que lo que tengo que hacer es inculcar eso, que todo el mundo tiene derecho a la libertad de expresión por el hecho de ser persona.

Techo de cristal e igualdad de género en el sector agroalimentario. Invertir en educación real

En la cocina, que es territorio de la mujer, los que saltan, lo que lo hacen mejor o son más listos, son los hombres, en los CRDO …. Pues estamos de suerte con la última IXP del Pan, que es una mujer. La foto de la directiva del Clúster es una obviedad, somo 15 y hasta hace 2 o 3 años era yo la única mujer, ahora somos dos, y las dos formamos parte de nuestras universidades (No empresas).  A veces somos nosotras mismas las que damos un paso hacia atrás, eso es una realidad que hay que cambiar.   Creé un spin off que salió de mi grupo de investigación y es su momento, fue muy comentado porque era una empresa solo constituida por mujeres, de la CEO a las socias.

Es solo un ejemplo, parece que está todo hecho en igualdad, pero no está, se lo digo a mis alumnas, estáis aquí, pero tenéis que echar la mirada hacia atrás a todas las que tuvieron que luchar y todas las herramientas que utilizaron para que las dejasen estudiar, que no fue nada fácil. Ahora parece que todo lo tenemos hecho, que podemos trabajar en lo que queramos, pero tenemos que mucho que agradecer a todas las mujeres a lo largo de la historia. Y no lo tenemos todo conseguido hasta que no tengamos una igualdad salarial, por ejemplo (que en la universidad la tenemos), pero mientras que con la misma categoría y mismas funciones el sueldo sea diferente, no tenemos la igualdad conseguida.  (Dicen que las mujeres somos peores negociadoras con los salarios, y que aceptamos uno más bajo porque realmente lo necesitamos, o también porque hay mujeres que piensan "que buenos son que nos han dejado entrar").

Si todas las mujeres del sector primario dejan de trabajar una semana, el caos que se puede montar en la sociedad sería tremendo, la mujer en el rural siempre ha tenido un papel fundamental, y ha de seguir teniéndolo, por su puesto.   Esta pandemia, de verle algo positivo, es que se está viendo al rural como una fuente no solo de vida física para habitar el rural, sino como fuente de ingresos. Y sin el sector primario del mar que haríamos.  

En el rural, aunque tradicionalmente ha sido un matriarcado, las mujeres tienen grabado a fuego que el que manda es el hombre, que será que llegamos tarde al mercado laboral, y que este mercado no está consolidado, pero nos está costando.

Conozco lo que se está haciendo desde la Secretaría de Igualdade y la Xunta, desde los ayuntamientos y el Gobierno central y todo me parece fantástico. Quiero decir que son pequeñitos granos de arena y que al final sumándolos todos, se llegar a ese objetivo que está plasmado ahí desde hace tanto años que es la igualdad real. Lo voy a repetir hasta la saciedad, donde hay que invertir es en educación real, en educación trabajando, fomentando la igualdad, que todos somos exactamente iguales y que podemos llegara donde queramos siendo hombre o siendo mujer.

Es fundamental que estemos en todas partes por que la visión de la mujer es diferente a la del hombre, ni mejor ni peor, y se complementaría todo mucho mejor, somos más prácticas, optimizamos mejor nuestro tiempo-. Queda mucho por hacer en nuestro propio entorno.

Es fundamental que estemos en todas partes. Estamos aquí, igual que ellos y punto

El lenguaje de género es muy controvertido, yo creo que estar todo el tiempo hablando de todos/todas niños/niñas puede resultar muy cansino y al final te puedes perder el discurso original, pero creo que hay que utilizar un lenguaje no sexista. Entonces hablemos de personas, adolescentes, el estudiantado, el profesorado, y cuando se refieran a nuestras profesiones no utilicemos la médica, si no la médica.  (y el enfermero cuando es un chico), Creo que esto ayuda a ponernos en lugar. Hay que buscar términos que nos engloben a todos, y si te lo propones es sencillo. Nos pasa con los informes que nos llegan a la facultad, que vienen por defecto a “el presidente”.  Si aquí hay una presidenta, pues a la presidenta, adaptémoslo: decanas, catedráticas. Son pequeños gestos pero que creo que ayudan a visibilizar mejor.

Un ejemplo, figura materna que como jefa de la casa ( a veces “ni “porque el hombre es el que trae el dinero) lleva al niño a la guardería y hay una figura de mujer, seguimos en el colegio y la mayoría de docentes son mujeres, vamos al instituto, ahí ya hay hombres y mujeres, y vamos a la universidad y ya parece que los jefes son hombres, ¿Qué mensaje estamos transmitiendo?.    También hay que trabajar para que los hombres hagan educación en el profesorado.  Hay muchas cosas que hay ir cambiando poco a poco.

Hay que celebrar el 8M cada día, es una labor diaria. Tengo amigas en mi entorno que no trabajan y me dicen: Es que mi marido me hace, o me ayuda mucho.  “Te ayuda”, ¿Cómo que te ayuda?, es territorio de ambos y me digo, por favor, cuanto hay que cambiar.

En el entorno diario también está el control de los móviles por parte de los chicos, y muchos micromachismos que forman parte del inconsciente como "llorar como una niña" que hablábamos antes, y también las situaciones de paternalismo. "Yo estoy aquí, y te dejo que colabores". Pequeñas cosas que tenemos ahí metidas y que vemos como normales.

La gente no sabe lo que se el feminismo, lo entiende como el contrario del machismo, y no es así, es tener las mismas oportunidades, estamos aquí igual que ellos y punto.  Creo que lo ven con miedo, "a ver si se unen todas estas y nos echan de aquí", y, que no, nada que ver, es simplemente que nosotras también estamos aquí.    

Y llegan a un punto en el que no saben si pueden llamarte guapa, o abrirte una puerta. Pues claro, igual que nosotras se lo podemos decir a ellos. Otra cosa es si te lo dicen desnudándote con la mirada, que entonces ya entramos en otro terreno. Nosotras ahora mismo estamos dando golpes en la mesa para decirles. Eo!, nosotras también estamos aquí.  En el momento que haya una igualdad real esto pasará a la historia

En lo titulares de la prensa también hay que hacer hincapié, probablemente venga derivado de que hay menos directoras de base pero hay algunos sangrantes, por ejemplo, grandes expertos hablando de algún tema y son todo hombres. Lo más escandaloso fue una jornada para hablar de lactancia materna, y eran todo hombres. Creo que ellos también tienen que posicionarse, y optar por no participar si no hay más mujeres.