Rías Baixas pronostica una cosecha un 15% superior a la del año pasado

El Órgano de Control y Certificación de la Denominación de Origen Rías Baixas cuenta con aumentar este año la uva recogida, subiendo un 15% con respecto a 2019 y alcanzando los 37,5 millones de kg. de uvas. 

Así se deduce del Informe de Estimación de Cosecha 2020, un documento basado en la información recogida del 49% de las 4.064 hectáreas de superficie productiva de la denominación. Para ello, se ha realizado una encuesta a los técnicos de campo durante la primera quincena del mes de julio, una vez superado el momento más crítico del ciclo vitícola. Dichos datos han sido posteriormente ponderados estadísticamente con el fin de unificar criterios.

El aumento de producción es debido a una elevada tasa de brotación, alrededor de un 90%, y a unos racimos mayores que otros años. Las mermas durante el periodo de brotación, cuya media son de un 12%, se atribuyen, sobre todo, a problemas generalizados de hongos, en especial al mildiu, que fueron mayores en explotaciones sin un adecuado asesoramiento técnico.

Vendimia temprana 

En cuanto a la fecha de inicio de los trabajos, en principio, se prevé en la primera quincena de septiembre. Eso sí siempre en función de cómo evolucione meteorológicamente el mes de agosto. En cualquier caso, el momento óptimo vendrá dado por el resultado de los controles de maduración que cada una de las bodegas inscritas realicen sobre sus viñedos.

En términos generales, el ciclo de la cosecha 2020 en Rías Baixas, teniendo en cuenta el momento en el que se realizó el informe, se presentaba con “un adelanto fenológico de unos 10-15 días, por lo que se prevé el inicio de la vendimia para la primera quincena de septiembre”. A esta situación se llega tras “un invierno y una primavera muy cálidos con abundantes precipitaciones y, en ocasiones, días tormentosos. De hecho, la brotación empezó muy pronto, concretamente, el 10 de marzo”. En cualquier caso, la segunda quincena de julio ha resultado muy seca con altas temperaturas y en algunas jornadas con vientos importantes del norte y del nordés, que han ralentizado el desarrollo del ciclo de la vid. Si se mantuviese esta meteorología, podría suponer alguna merma en la producción durante la vendimia por deshidratación de la uva.