Fernando Chivite estuvo durante tres décadas al frente del departamento de enología en la bodega familiar. Fue el creador en la década de los ochenta de Gran Feudo, el vino que llevó al rosado navarro a la fama y a las cartas de los mejores restaurantes.
Después de salir de Bodegas Julián Chivite, entre otros proyectos, creó el rosado Arbayún, con el que buscaba repetir éxito. Si el Gran Feudo fue paradigma del rosado joven, con Arbayún quiso ensalzar la Garnacha para la elaboración de rosados longevos.
Además de su trabajo en Arbayún, que elaboraba en una cooperativa de la Baja Montaña navarra, asesoraba a varias bodegas y estaba estrechamente implicado en comités técnicos en la OIV, en iniciativas sobre conservación del medio ambiente y entidades de trabajo en torno al desarrollo de normas de sostenibilidad en el mundo del vino.