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Italia, la tercera economía de la eurozona, sufrirá este año una contracción de su economía del 8%, según los cálculos del Gobierno nacional, como consecuencia de los efectos de la pandemia del coronavirus y las medidas de confinamiento aplicadas para contenerla, que han interrumpido durante semanas las actividades productivas y ha puesto en aprietos a empresas y familias.
Para amortiguar estos efectos, el Gobierno italiano ha aprobado un decreto con ayudas de hasta 55.000 millones, que se suma al paquete de hasta 25.000 millones impulsado en marzo y que va dirigido sobre todo a sostener a empresas, familias, autónomos y al sector turismo.
Entre las cifras más significativas destinadas por el Ejecutivo, están 4.000 millones destinados a reparar un sector clave para el país como es el turismo. De ellos, la mitad irá a ayudas a empresas para que adecúen sus estructuras a la situación de emergencia, bonos de 500 euros para las familias con ingresos inferiores a los 40.000 euros anuales para gastar hasta final de año en hoteles y albergues de Italia, y además medidas que afectan a distintos locales.
Mientras los bares y restaurantes podrán ocupar el suelo público para desarrollar su actividad sin tener que pagar el impuesto habitualmente requerido, hoteles y balnearios no tendrán que abonar en junio el impuesto único municipal (IMU), de propiedades de las que se es titular o se tiene un derecho real.