
En los primeros días de campaña del boquerón (la anchoa es el nombre que recibe una vez procesado en salazón) el precio medio en las rulas de Asturias, Cantabria y Galicia apenas se ha situado en los 0,70-0,80 euros el kilo. Eso sí, el precio final para el consumidor de boquerones en fresco rozaba los 7 euros, un 1.000% más caro que su precio de subasta en el puerto.
El neoliberalismo dirá que es la lay de la oferta y la demanda, pero la realidad es que las cosas siguen igual que antes de esta crisis sanitaria, unos pocos se dedican a vivir del sudor y del trabajo de lo ajeno y, seguramente, serían los primeros que mandaron a un Erte a sus trabajadores, si es que los tienen.