“Estamos un poco a la expectativa y a ver cómo evolucionan
los primeros pedidos cuando todo esto pase que pasará. Nosotros en concreto estamos
realizando labores de campo, ya que hay que cuidar la cosecha que viene; y un
poco más a ralentí en tareas de bodega. Estamos sin vino desde navidades y
pendientes de embotellar la nueva cosecha, la 2019, pero o llevamos con calma”.
Santiago Roma comercializa sus vinos en el canal Horeca y en
tiendas especializadas, aunque señala que “lo importante es saber qué hacer y
que nuevas vías de mercado abrir. En principio nuestra estrategia no pasa por
irrumpir en alimentación ya que es un mercado con políticas de precio muy
agresivas que obligaría a pensar más en la cantidad que en la calidad; es
decir, vender más para ganar menos y perder un poco las señas de identidad. Y
aunque nunca se puede decir que de esta agua no beberé, por el momento no entre
en nuestros planes”.
Sabedor que la hostelería tendrá, con toda seguridad, un
ritmo de recuperación más lento por las medidas restrictivas de aforo para
evitar aglomeraciones, este bodeguero radicado en Ribadumia señala “seguramente
habrá que potenciar más la venta online, la venta a particulares y a tiendas
especializadas. En exportación, por ejemplo, trabajamos con importadores que
vende a grandes tiendas especializadas”.
Uno de los problemas que atisba Santiago Roma es que si
cuando entre la nueva cosecha en bodega hay mucho excedente de vino eso
repercutirá en los precios de la uva y será malo para el viticultor. Por otra
parte, el precio de la uva de la cosecha que está en bodega fue alto y para
sacar ese vino seguramente habrá que hacerlo a precios por debajo de costes, e
l
que tenga ese problema claro”.