La suspensión de las ferias y el cierre de restaurantes y colegios por la emergencia sanitaria ha obligado a muchos pequeños agricultores a reinventarse, a buscar fórmulas alternativas para dar salida a su producto y garantizar que la huerta llegue a los hogares.
En esta situación están, por ejemplo, los agricultores adheridos a la marca de calidad de la Reserva de Biosfera As Mariñas Terras do Mandeo han optado por el reparto a puerta a puerta. Para ejemplo, Labrecos, una explotación de Oza-Cesuras que suministraba habitualmente a los comedores escolares de la comarca y que intenta compensar el bajón de la actividad con más venta a domicilio ya sea directamente o a través de la asociación Alega.
En muchos lineales y cadenas de fruterías es frecuente encontrarse con productos de la huerta y frutas foráneos. Así sucede, entre otros muchos, con las patatas, procedentes de Egipto, de Israel, de Francia...y otras latitudes.
Mientras, la organización agraria ASAJA advertía hace unos días de la complicada situación que estaban viviendo por ejemplo agricultores de la zona norte de Palencia, de la comarca de Aguilar de Campoo, con las patatas tardío sin salida hacia el mercado tradicional de esas producciones como son la restauración, pequeñas tiendas o los colegios.
Según algunos agricultores de la zona podría haber almacenadas en esta comarca palentina hasta 3,5 millones de kilos de patata de muchas variedades especialmente “agria”, “baraka” o “kennebec”. “Ahora mismo estamos en un momento en que simplemente es imposible casi vender un kilo de patata y si somos capaces de sacar un kilo, casi ya lo de menos es el precio que nos paguen por ellas”, señalaba un agricultor de la zona a AgroNews.