
Esa ruta se iniciaría en explotaciones agrícolas ubicadas en el norte de África. Desde allí se traslada en camiones a Andalucía, entrando a través de los puertos de Algeciras o Motril. Los camiones van precintados con destino a Francia o a otros países europeos, pero en los almacenes de Almería descargan los productos para reetiquetarlos de nuevo rumbo a la exportación.
Al menos seis empresas almerienses tienen abierto un expediente por comercializar con prácticas de reetiquetado que conlleva fuertes sanciones Económicas.
Mientras esto sucede, el campo español languidece. Las naranjas llegan desde Sudáfrica y las valencianas sin recoger y eso a pesar de las contínuas alertas saniterias sobre el uso de pesticidas peligrosos en aquellas latitudes, pesticidas no autorizados en ningún caso en la EU que, no obstante, permite dichas importaciones.