Una vieja demanda del sector está cerca de convertirse en una realidad, después de que el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) acaba de publicar la solicitud de modificación de la Indicación Geográfica Protegida Patata de Galicia, con el fin de poder extender el ámbito de producción de este sello a toda Galicia.
Con esta publicación se da por concluida la fase de análisis del expediente por parte de la Comisión y se inicia así un período de tres meses para que los interesados de los otros estados miembros puedan formular oposición la esta modificación, de acuerdo con el establecido en el artículo 50 del Reglamento Europeo.
Si todo marcha según lo previsto, pronto se ampliará una indicación geográfica que hasta ahora sólo contempla cuatro subzonas: la de Bergantiños, en la provincia de A Coruña; las de Terra Chá-A Mariña y de Lemos, en la provincia de Lugo; y la de A Limia, en la provincia de Ourense.
Otro de los cambios solicitados es la introducción de las variedades agria y fina de Carballo, que se sumarían a la actualmente permitida, la kennebec. De este modo, se permitiría el cultivo y transformación de una variedad -la agria- muy cultivada en la zona de la Limia -principal zona productora de Patata de Galicia- y muy demandada por la industria para patata frita.
Según los últimos datos oficiales, en la Indicación Geográfica Protegida Patata de Galicia están inscritos un total de 74 productores y 10 mayoristas, con una superficie de producción de 282 hectáreas repartidas entre las cuatro subzonas. En cuanto a la producción comercializada, en el año 2018 fue de casi 6.000 toneladas de patata, lo que generó un valor económico de casi 6 millones de euros.