Blancos o rosé de verano, pero en botella

El verano se presta a ciertas digresiones, atrevimientos o experimentación de alternativas, que son los campos en los que se nos ocurre clasificar la gama alegre, pintoresca y tentadora Alma Atlántica presentada por Martín Códax: mosto de uvas alvariño&godello parcialmente fermentado, de manera que el alto contenido en carbónico aporta poco alcohol y muy refrescante burbuja; además dos versiones de sangría: una de vino blanco (a partir de la mezcla de albariño, loureiro y caiño blanco, o sea, la que sería una sangría del Rosal, y otra versión rosé, en este caso a partir de la variedad mencía.

Intuyo que tentaciones para esos festivales musicales últimamente trufados de presunta gastronomía.
Estos tragos largos, larguísimos, pueden contribuir a la serena alegría… Para el placer clásico, saludemos la llegada del Condes de Albarei 2018, fresco y alegre como siempre este albariño clásico del Salnés más clásico, con nariz floral y una boca vigorizante para el terraceo, acompañado de un marisquito, mismo unas chacinas o frituras de mercado.

Si procediera o procediese una gracia dulcificante, no defraudará buscar el Pardoxín de Prada a Tope,
resultado de un sobremadurado de Godello berciano que concita redondez y sutileza. Para unos petit fours entre los que no falten recuerdos de chocolate amargo… me temo que de remate feliz.

Hablaremos al final del verano.

Por Guillermo Campos