Cata HGg&T de tintos cosecha y gallegos singulares

Los resultados de esta nueva cata transfronteiriza, en relidad desgajada en sus contenidos de la macro celebrada en el pasado otoño -publicada en el número correspondiente a noviembre y diciembre- ha proporcionado satisfactoria noticia, tanto por la orientación sobre el estado (muy bueno) de los vinos, como por el morbo que prometía una comparativa entre “cosechas” de La Rioja y de la Ribera de Duero –los dos grandes del mercado meseteño entre nosotros- o por la singularidad que significa la entrada en la danza organoléptica de tintos gallegos etiquetados con la particularidad de elaboraciones especiales o exclusivas, con el añadido de una representación escogida de botellas que se comercializan sin el amparo de denominación de origen. 

Un mismo partido para sendos paneles, dos alineaciones según elaboraciones aborígenes y foráneas; un tiempo de cata, el 10 de diciembre pasado, y una docena de podios muy orientativos para estas comidas de trago largo y bocado en corto –cocidos y laconadas, lampreas y cucharas legumbreras- para antes de que lleguen los calores tardo primaverales… O después. 
Por Guillermo Campos.


MUY PLURALES LOS TINTOS GALEGOS SINGULARES 

-Ganan solidez las elaboraciones especiales de las DD.OO de la cuenca Miño-Sil y de Rías Baixas. El representante único de Monterrei, techo de la cata 

-Encontramos etiquetas serias entre los sin denominación de origen: uno de las platas, en Negueira de Muñiz! 



Tintos gallegos menos rutinarios o atesoradores de singularidades en su elaboración, origen no reconocido por ningún consejo regulador, y /o posicionamiento en el mercado. Botellas para una aventura sin riesgo a juzgar por el pronunciamiento del panel evaluador, botellas escogidas o raras en las cartas habituales, a través de los que poner un tilde de curiosidad, y a la vez de seguridad, a la hora de un cocido especial, las lampreas que están en temporada, o cualquiera de las cucharas estacionales tan recomendables cuando la mesa y su tiempo pide callos, fabadas, potajes guardando o no los preceptos cuaresmales. 

Por el ecletismo aplicado a esta convocatoria, buscando precisamente que, en mayor o menor medida, las botellas seleccionadas responden a criterios heterodoxos apenas aplicados en nuestras cata clásicas, algunas pruebas y sus resultados arrojan información curiosa cuando no inédita o novedosa. Además, y no aporte menor, hemos de contemplar también que, si bien la homologación de las clasificaciones mantiene la ortodoxia imprescindible para la validez de los resultados, aplicamos aquí criterios de flexibilidad en cuanto, por ejemplo, al número mínimo de etiquetas que concurran en una misma clasificación: interesa saber de una determinada etiqueta o de dos, aunque no se dispusiera del número suficiente para componer podio y diplomas como exigimos para las organolépticas convencionales HGg&T, 

Resulta así, que de la denominación Monterrei concurrió una sola etiqueta, pero ¡vaya! resultó que este vino catado sin la competencia de otros compañeros de comarca, fue el mejor mejor puntuado entre todos los tintos gallegos concurrentes: Couto Mixto, y su trecho de 437 puntos. U otro resultado más bien sorprendente: otro tinto en solitario, Porta do Conde elaborado en Terras do Morrazo, rozó los 400 puntos que le hubieran otorgado el primer diploma entre los Rías Baixas y otros, o una medalla, a la vista de clasificaciones en el interior de Galicia. 

Ribeira Sacra, vigencia de los veteranos 

Entre los amparados por la D.O. Ribeira Sacra está la selección más convencional, probablemente, puesto que pesa, sencillamente, el concepto de singularidad, de toque diferencial sobre la exhaustiva muestra publicada en el número anterior, de cuya selección apartamos las botellas que parecieron competitivas al comité de selección. Resultaron dos agrupamientos, uno con los 16-17 y otro con los del 2015 o anteriores: que no pase desapercibo los resultados a la par conseguidos por las botellas más veteranas. 

Valdeorras, tres oros de una tacada 

La reprsentación de Valdeorras, en su conjunto, cotizó a la baja, vistas comparativamente las puntuacipones obtenidas para lograr podio. Pero, por el contrario, mete nada menos que tres etiquetas en la categoría de oro. Sana y “feroz” competencia entre las más altas calidades y un escalón, ocasionalmente notable, por debajo de los 390 puntos que alcanza una de las etiquetas que gozan de mayor prestigio en esta denominación. Lo explica que asoma con un monovarietal novedoso como tal, de la misma manera que sorprende favorablemente que consiga uno de los oros un Brancellao “inédito”. 


Ribeiro, reserva plurivarietal 

En Ribeiro la disponibilidad suficiente condujo a la reunión de plurivarietales, esto es, los coupage tradicionales si bien en esta ocasión con tildes de singularidad en la definición de los vinos. El jurado apreció diferencias notables en las muestras presentadas, con un tono de regularidad que rompe el oro alcanzando una puntuación que resultó ser la segunda más alta entre los gallegos de esta cata, y nada menos que con una antigüedad de 8 años. Atentos al dato, tan aleccionador como imprevisible. 

Rías Baixas: Sousón y Caíño en lo mejor de cada casa 

La denominación de menor peso entre los tintos amparados por denominación de origen, aporta, sin embargo, una mayor variedad en monovarietales singulares –bien es cierto, que en buena parte por la diversificación varietal de una bodega de As Neves- hasta el punto de que, a la vista de las muestras en su conjunto, y para mayor precisión en el resultado comparativo, aconsejó establecer dos agrupamientos, en el único caso en que permiten agrupar separadamente vinos del 16 y del 15. Lo mejor, las altas puntuaciones obtenidas por la mayoría de estas singulares y en casos “únicas” individualidades concurrentes. 

Sin denominación de origen, etiquetas homologables 

En una cata enfocada a elaboraciones singulares o especiales, es imprescindible la contemplación de vinos gestados con independencia de las normativas reguladoras. La selección, sin ninguna pretensión exhaustiva, a modo d prospección que permita una comparativa y deducir cómo evoluciona el sector, incluso de forma que nos permita observar el posicionamiento de etiquetas de una misma bodega que embotella vinos amparados por su respectiva D.O. y fuera de su control. Los resultados hablan por sí mismos en esta heterogénea y dispar reunión varietal y territorial. 

El oro se elabora en la zona de……: Entre los plata, el primero podría ser Ribeiro y el tercero un Ribeira Sacra si pasaran por su respectivo consejo regulador, pero en medio está, y a que altura está, un tinto elaborado en Negueira de Muñiz, en los confines gallegos con Asturias. Y “cómo está”! Los bronce provienen de tierras valdeorráns y de sus vecinas sácratas. 

PULSO EN LA CUMBRE ENTRE LOS ‘COSECHA’ DE RIOJA Y RIBERA 

--Codo con codo por los metales entre las dos denominaciones: paridad en las puntuaciones, incluso en los ‘picos de oro’ 

-Irrupción de los varietales especialmente entre los castellanos recientes 

-Tres años no es nada para estos jóvenes veteranos del 2015 y 2016. E incluso para algún 14. 

No desprecien las botellas del 2015, y por supuesto del 2016, si les quedan… Ni siquiera las del 2014, porque las que entraron en esta cata de ese año e incluso anteriores mantienen un notable estado organoléptico aunque no jhayan alcanzado pódium. 

El pulso que mantienen las elaboraciones etiquetadas bajo la precisión “cosecha” tanto en Rioja como en Ribera del Duero -bien es cierto que con mayor concepto de crianza en esta última- es atroz, un duelo de campeones que mantienen los brazos de la solvencia organoléptica en alto y de forma sostenida, lo que no implica, precisamente, una igualdad de sensaciones, que cada cual tiene su definición y aportes diferenciales. 

Aporta un valor añadido esta cata que plasmamos para el lector a modo de “a la par”, es decir, facilitando la comparativa entre los 2016 de cada una de las denominaciones, y asimismo enfrentando los 15 riojanos y ribereños. La diversidad varietal especialmente entre los riojanos permite al mismo tiempo otra visión sobre la irrupción en la oferta de varietales que jugaron papeles secundarios, o ni siquiera, en el pasado. 

Puesto que se trataba muy particularmente en esta reunión, de comparar la “resistencia” en esta carrera de medio fondo d los “cosechas”, de ahí que prescindiéramos como agrupamiento tal de los 17 apenas salidos al mercado en el momento de la cata (10 de diciembre pasado), si bien, habiendo recibido dos muestras (consideramos al principio una tercera, pero con un golpe en la etiqueta que nos indujo a error en la lectura de la añada), optamos asimismo por catarlas sin que constituyan un agrupamiento clasificatorio por sí mismos. Pero sepan, y vaya como adelanto, que Baigorri maceración carbónica llega pletórico hasta el punto de alcanzar los 424 puntos, y que En la Cuerda Floja le sigue en categoría satisfactoria con sus 421 puntos. 

JURADO Y SEDE 
Celebramos la cata en la nueva ubicación -amplia y espectacular- del restaurante coruñés Árbore da Veira, en San Pedro, con la ciudad de A Coruña a sus pies, a un lado la Torre de Hércules, al otro As Mariñas; en lontananza, y en su frente Santa Cristina y compañía, la urbe y su ensenada por medio… El servicio del vino estuvo espléndidamente dirigido por su jefe de sala Santi Diéguez. 

Se establecieron dos paneles de cata, uno que evaluó los “Consechas” de Rioja y Ribera, y otro los singulares gallegos (con y sin denominación). En representación de Asociación Galega de Sumilleres, su vicepresidente, Pedro Villamarín, junto con Juan Soto , José Carrera, el prescriptor José Ramón Espiñeira y Tomás Castro; por parte de la de la Asociación Galega de Enólogos evaluaron Ignacio Orriols, Juan Carretero, además de la sesora enológica Sonia Molero Estrella y el maitre-restaurador y miembro de “Galaecia” Alfredo Castrelo, coronando el panel HGg&T el prestigioso bodeguero Emilo Rojo.