Abadía da Cova, nuevas generaciones, nuevos vinos

Abadía da Cova presentó en sociedad cinco vinos que serán algunos de losprotagonistas de un nuevo rumbo que la bodega ha comenzado a dar este año. Cuarenta años después, será la cuarta generación de la familia la que se haga cargo de la bodega. Evaristo Rodríguez, que comenzó junto a Jose

Manuel Moure en 1982 a llevar los vinos de la bodega por medio mundo, dará paso a Paloma, Adrián y Jose Moure quienes serán los encargados de dirigirla con la ayuda del nuevo miembro del equipo, el enólogo Nacho Álvarez, y así seguir siendo una bodega pionera y punta de lanza de la Ribeira Sacra.

Defensor de la viticultura tradicional, del cuidado de los viñedos más viejos y la elaboración más artesanal, Nacho Álvarez ha sido considerado por Robert Parker como el enólogo revelación español y dará forma a un proyecto de futuro como es Abadía da Cova. Un proyecto que según Evaristo Rodríguez está pensado para dar cabida a las siguientes generaciones.

Tres rosados de variedades autóctonas, Mencía, Merenzao y Caíño forman parte de la nueva generación de vinos de Abadía da Cova. Tres rosados muy diferentes pero con una misma finalidad de recuperar variedades autóctonas y poder así transmitir la autenticidad de la zona.

Unos vinos con una imagen diseñada por Ana Rivera, una diseñadora discográfica que se dejó seducir por el mundo del vino y por una historia de seres mitológicos del río Miño, las Xacias o sirenas, que visten las etiquetas de estas nuevas propuestas.

Mencía, del que se elaboraron 4.000 botellas procede del viñedo de A Granxa, de 35 años de edad y plantado en un suelo granítico con trazas de pizarra. Tras pasar por una maceración pelicular durante dos horas, su fermentación fue en tanques de acero de inox.

Las 1.000 botellas del Merenzao procede de un viñedo de 90 años plantado en un suelo granítico con trazas de pizarra. Su elaboración ha sido con maderación pelicular de una hora y su posterior fermentación en barricas de 500 litros de roble francés.

El Caíño (4.000 botellas), espectacular, procede del viñedo de Arrancada a 480 metros de altitud. Con un viñedo de 12 años en un suelo de granito con trazas pizarrosas y esquistos, se sometió a una maceración pelicular de una hora para posteriormente fermentar en troncocónicos de roble francés.

También se presentó un blanco 100% de Loureira de un viñedo de más de 90 años y de muy escasa producción y un tinto joven Ecolóxico de Mencía de viñas de 35 años, ambos del año 2018.