HILO DIRECTO con... David Rodríguez, Director técnico de Olivar da Moura

Hace aproximadamente dos años nació en Vedra “Olivar da Moura”, un proyecto que pretende recuperar la tradición olivarera en Galicia produciendo un aceite rentable y de calidad. Hablamos con su Director técnico, David Rodríguez. 


Habláis de recuperar la tradición olivarera de Galicia… 


Hace cientos de años toda Galicia estaba por todo su territorio cultivada por olivos hasta que los Reyes Católicos pusieron un impuesto que obligó a muchos agricultores a arrancarlos. Esta tradición se quedó un poco en el olvido pero en los últimos años empieza a haber un boom de volver a cultivar olivos y producir aceite. 


¿La tierra y el clima gallego son entonces apropiados para la oliva? 


No hay que asociar el olivo con el sur, con el clima árido y seco. Aquí en Galicia se dan perfectamente, evitando determinadas zonas más susceptibles a las heladas que hacen bastante daño, sobretodo a las plantaciones jóvenes. Pero fuera de ese frío extremo la climatología gallega es perfectamente apta para el olivo. 


En todo caso, de una tierra y un clima diferentes saldrán sin duda aceites diferentes… 


Aquí hasta ahora se ha cultivado arbequina, originariamente de Cataluña. Pero la arbequina que se da aquí en Galicia tiene otros matices, otros carácteres que han sido condicionados por las características agroclimáticas de la zona. En los paneles de cata  a los que hemos enviado los aceites nos han dicho que es una arbequina con unos aromas y unos matices que le dan una personalidad diferenciada. Debido a la humedad tenemos unos aceites bastante más aromáticos, diferentes a los de otros lugares. 


Trabajáis fundamentalmente con arbequina, ¿qué pasa con las variedades autóctonas gallegas? 


Estamos trabajando con arbequina porque a día de hoy es lo que hay plantado fundamentalmente en Galicia y la única que nos permite mantener el volumen de producción que queremos. Sí es cierto que hay variedades autóctonas como la brava y la mansa que se están ahora certificando a través de la Universidad de Vigo y otras asociaciones pero no hay una producción muy elevada. Sólo la tienen unos pocos afortunados que hacen una producción muy pequeña, casi es un aceite de autor. 

Estamos trabajando con arbequina gallega, que procede de Ourense y Pontevedra, y luego con la cobransosa, una variedad que procede de la zona de Trás-os-Montes en Portugal. Esta última es una variedad que se adapta muy bien al clima húmedo de Galicia, al frío… y da un aceite mucho más fuerte, más amargo, más intenso… Es una mezcla entre el picual y la cornicabra. 


De estos dos tipos de oliva estáis sacando cuatro aceites diferentes... 


Tenemos el Raíña, el 100% gallego, y los otros tres son de la cobransosa, se diferencian por el punto de maduración. Desde la referencia Moura, la más temprana, con unos rendimientos muy bajos pero un aceite de altísima calidad. Y luego a medida que se van espaciando en el tiempo y va madurando un poco más la aceituna se obtiene un aceite con diferentes caracteres, obteniendo las referencias Carmiña y Manolo. 


¿Hay mercado en Galicia para este tipo de aceites premium? 


Estamos vendiendo en tiendas degustación, gourmet… Estamos tratando de introducir ahora en un lineal de supermercado. Sí hay mercado, aunque es verdad que en Galicia y en el Norte de España no tenemos cultura de un aceite gourmet o premium. La gente muchas veces es un poco reacia a pagar el incremento en el precio que conlleva tener un aceite de alta calidad. Esa es la cultura que poco a poco queremos inculcarle a la gente, pagar un poquito más por un aceite de calidad.