El Slow Food celebra su congreso internacional en China

La ciudad china de Chengdu acogerá, desde el 29 de septiembre y hasta el 1 de octubre, el séptimo Congreso Internacional de Slow Food, un evento que reunirá a numerosos delegados representando a todo el mundo: un total de cuatrocientos activistas de la alimentación, procedentes de noventa países.

El Congreso Internacional es un momento clave en la vida del movimiento Slow Food que ratifica su actividad en asuntos de política, estrategia, visión y organización a nivel internacional y, consecuentemente, también a nivel nacional, regional y local. Entre los temas centrales a debate se encuentra el desafío del cambio climático: Slow Food ha señalado que la agricultura y la producción alimentaria representan una de las causas principales del cambio climático, aunque también podrían convertirse en una de las soluciones.

China es un país de relevancia crucial para el sistema alimentario mundial y puede desempeñar un papel decisivo en este cambio global. El gigante asiático debe enfrentarse a uno de los mayores dilemas agrícolas del mundo: cómo alimentar a una quinta parte de la humanidad con solo un 7 % de la tierra agrícola disponible. 

En el pasado China adoptó una solución basada en una poderosa industrialización y al uso de productos químicos, como pesticidas y fertilizantes sintéticos. Queda claro que, considerando el tamaño del país, su población y su economía, el impacto medioambiental de este sistema de producción tiene grandes repercusiones en todo el planeta.

La celebración de este Congreso Internacional en China es una decisión estratégica, y supone un hito de gran importancia. Desde 1989, la fecha de nacimiento de Slow Food como asociación internacional, el movimiento se ha convertido en una organización de la alimentación global que incluye a millones de personas en más de 160 países que trabajan para garantizar que todo el mundo tenga acceso a una comida buena, limpia y justa. La red de Slow Food en China trabaja desde 2015 en varios proyectos