Os Encontros de Códax, un recorrido por los blancos del mundo

Sarah Jane Evans fue la encargada de inaugurar Os Encontros de Códax, presentando, ante los asistentes, sus vinos blancos preferidos. Nueva Zelanda, Reino Unido, Grecia, Australia, Argentina y España fueron los destinos que eligió la Master of Wine para dar a conocer toda la grandeza los blancos. 

Acompañada y apoyada por Katia Álvarez, enóloga de la Bodega, Evans se encargó de explicar a los asistentes las características de los diferentes vinos, así como de ensalzar el trabajo llevado a cabo por los enólogos para conseguirlos. 

La jornada dio comienzo con la degustación de un blend, nombre que reciben los vinos elaborados con dos o más varietales, procedente del sur de Inglaterra. “Nyetimber”, elaborado con Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier fue el primer vino en descorcharse y maravillar a los asistentes. 

El protagonista de la segunda copa fue “Grosset Alea” un vino procedente del sur de Australia, elaborado con la variedad Riesling, que, originaria de Alemania, es de los varietales más populares de las antípodas. 

De Australia se viajó hasta Grecia, concretamente a Santorini, isla que es famosa por la variedad autóctona Assyrtiko, cultivada en las áridas laderas de tierra volcánica de Santorini, con su peculiar sistema de conducción. Las vides, cultivadas a una altura bajísima, alcanzan como máximo el metro de altura y adoptan la forma de cestos entrelazados. Así, “Hatzidakis Santorini” fue el vino elegido por Evans para dar a conocer a los asistentes la magia de los vinos griegos, una de las regiones vinícolas más antiguas del mundo. 

Otra parada muy peculiar acercó a los asistentes a Argentina y, en concreto, a la variedad torrontés, producida únicamente en el país con un sabor inigualable. El vino seleccionado fue “Colomé”, un vino fresco y aromático con una acidez moderada. 

Entre los vinos españoles Evans eligió Martín Códax Vindel, un albariño fruto de una viticultura extrema, encaminada a lograr un viñedo de vigor bajo, muy poroso y con una alta superficie foliar que provoca un escaso rendimiento. El resultado, unas uvas albariño de color rosado y con unas características únicas y gran complejidad aromática.

El ciclo se cerró con un vino neozelandés, “Kumeu River”, elaborado con la variedad Chardonay, uva blanca originaria de la región francesa de Borgoña que, a día de hoy, es común en todos los países del mundo.