
Aguachile de pulpo, navajas con salsa cítrica, tartar de vieiras o el bocadillo de raxo con pimientos de Padrón son algunos de los petiscos gallegos con toque viajero que se pueden compartir y disfrutar en el restaurante.
El local, de hormigón armado y ladrillo visto con farolas de muelles pesqueros y cangrejeras recuperadas, tiene un carácter único y auténtico. Las mesas de Atlántico Casa de Petiscos son altas, con taburetes y barras para compartir la experiencia: un mercado gallego creado para vivir y contar, en continuo movimiento.