Qué comen los papas

David Geisser, un joven suizo que forma parte de la guardia del Vaticano, desvela en un libro las debilidades gastronómicas de los últimos tres. El plato preferido de Juan Pablo II eran los pierogi, una de las especialidades más típicas de la cocina polaca. Se trata de una pasta rellena con carne de cerdo y legumbres parecida a los raviolis y que, sobre todo, comía en Navidad. Karol Wojtyla se hacía preparar sus platos favoritos por monjas polacas y solía poner fin a la cena con un pastel de manzana.

 Por su parte, y ya desde antes de ser elegido Papa, el cardenal Joseph Ratzinger era un asiduo cliente del restaurante La cantina tirolesa, a dos pasos del Vaticano, donde se dejaba servir platos bávaros. La mesa número seis aún sigue estando reservada para él, aunque Benedicto XVI ya no abandona el monasterio del interior de los muros vaticanos que eligió para “apartarse del mundo” tras su renuncia. Pero, según logró saber el joven guardia suizo, Joseph Ratzinger aún sigue desgustando sus platos favoritos, como la wurtssalat, una ensalada de embutidos cortados en rodajas finas, acompañadas de tiras de cebolla y aderezadas con vinagre, aceite y sal. Benedicto XVI también siente una debilidad muy humana por el lechón asado y los pasteles de cereza espolvoreados con azúcar.


Su sucesor en la silla de Pedro, Francisco, adora comer empanadas, siente debilidad por la llamada colita de cuadril —trozos de filete estofados— y su postre favorito es el dulce de leche. En materia futbolística el equipo preferido del Papa es el San Lorenzo de Almagro y la anécdota es que en una ocasión fue expulsado del vestuario de San Lorenzo por Alfio “Coco” Basile, exseleccionador argentino y técnico que pasó entre otros por el Atlético de Madrid.