Una serie de organizaciones internacionales como Slow Food,
Greenpeace, Amigos de la Tierra Europa, Corporate Europe Observatory y la
Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica han solicitado
a la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del
Parlamento Europeo la adopción de
medidas legales contundentes respecto a los transgénicos.
Según Carlo Petrini, fundador y presidente de Slow Food, “los
ciudadanos de la Unión Europea quieren unas políticas alimentarias que se basen
en la preservación de la biodiversidad alimentaria (variedades vegetales, razas
de ganado autóctonas, alimentos artesanales) y pongan en valor a los
productores de pequeña escala y a los consumidores. Exigen una mayor
transparencia para gozar de la posibilidad de elegir lo que comen y
beneficiarse de la soberanía alimentaria. Por ello promovemos la prohibición de
todo tipo de cultivos transgénicos en Europa”.