La muestra reunió una representación de las principales
elaboraciones que alberga la denominación, con 25 vinos blancos, 17 de la
cosecha 2013 y 8 de la cosecha 2012, para así poder analizar su evolución en
botella.
De la cosecha 2013, señalaron que a pesar de las
inclemencias climáticas ocurridas durante la última fase de maduración del
fruto, “el vino ha resultado equilibrado y se ha conseguido potenciar su
frescor y viveza”, en lo que a las elaboraciones blancas se refiere. Destacaron
además en estos vinos su carácter balsámico y continental.
En lo que respecta a los vinos tintos de Monterrei, la cata
reunió un total de 18 referencias, 8 de 2013, 7 de la cosecha 2012, dos vinos
de 2011 y uno de 2010; conviviendo en esta muestra vinos jóvenes con
elaboraciones sometidas a un proceso de maduración en barrica.
Tanto Javier como Pablo coincidieron en “el gran potencial
de los vinos tintos de Monterrei”, y en su “capacidad de crecimiento”.
Destacando en ellos nuevamente, su carácter balsámico y su gran mineralidad, lo
que sumado a una marcada influencia continental, añaden los catadores, suma
un aspecto diferenciador de estos vinos
respecto a la oferta gallega, lo que indican “puede favorecer el
posicionamiento de las elaboraciones tintas de Monterrei”.